LAS GRASAS SE “MOVILIZAN Y QUEMAN” A PARTIR DE LA MEDIA HORA DE EJERCICIO

INTRODUCCIÓN

             

INTRODUCCIÓN

                Dos son las cuestiones a destacar en ésta introducción: 1ª) el desconocimiento que tengo de cuál es el origen de la media verdad y 2ª) el nombre que le he dado.

Primera cuestión. A diferencia del tópico (media verdad) descrita en la anterior entrada al blog (“El entrenamiento de resistencia (aeróbico) dilata el corazón mientras que el entrenamiento de velocidad (anaeróbico) hipertrofia”) desconozco de dónde procede la aseveración que se admite de forma generalizada. Es más nadie de los que la sustentan saben con certeza cuando y quien fue el que se le ocurrió semejante media verdad. Normalmente contestan “en tal libro viene descrito”, pero no son capaces de indicar el artículo científico original, si es que existe. Por consiguiente, no puedo contestar a la pregunta “¿Quién y donde se publicó que la grasa se moviliza y quema a partir de un determinado tiempo?. He puesto 30 minutos porque es la idea más extendida, pero cabe poner otros límites tales como 35, 40 ó 45 minutos.

                Segunda cuestión. El nombre dado es inadecuado desde el punto de vista científico, pero muy expresivo para la divulgación de lo que se pretende. Ciertamente el tejido adiposo moviliza la grasa, pero lo que “queman” principalmente los músculos son triacilglicéridos. No obstante, es necesario mantener el título porque en este blog no trato de hacer “erudición científica” sino acercar a todos los potenciales lectores, con independencia de su formación, de la realidad de los tópicos que se admiten como axiomas.

                Así pues, a continuación se aborda el siguiente epígrafe

¿Por qué es una verdad a medias?: argumentos se poseen para rebatir la idea generalizada

¿POR QUÉ ES UNA VERDAD A MEDIAS?: argumentos para rebatir la idea generalizada

                La realidad es que ya en estado de reposo cualquier animal moviliza y quema grasas. La cuantía depende del estado alimentario del animal. Desde el punto de vista bioquímico y práctico se distinguen dos grandes estados alimentarios: ayuno y postpandrial o alimentario. Naturalmente estos estados están “alterados” en las sociedades “opulentas” como la nuestra, en la que comemos como verdaderos salvajes. Eso sí, siguiendo las pautas de los “ilustrados” nutricionistas” que recomiendan comer no sé cuántas veces al día. Los animales, y desgraciadamente el más animal y desahuciado de todos animales, come cuando tiene acceso a la comida. No obstante de forma simple vamos a ver cómo se comporta el organismo en los dos grandes estados alimentarios

Estado postpandiral. Cuando una persona acaba de comer, todos los nutrientes pasan al hígado, la central metabólica de nuestro organismo. El hígado reparte y no se lleva la mejor parte. La figura 1, realizada a partir de un esquema del extraordinario libro de bioquímica de Lehninger, ilustra lo que de forma simplificada sucede y que se explica de forma resumidaFigura 1 (grasas)

Al haber ingerido nutrientes, el hígado “toma la determinación con buen juicio” de intentar almacenar por si vienen mal dadas cuando el animal este a “dos velas”. Salvo el cerebro que es glucoso dependiente no estricto el resto de los tejidos se pueden abastecer de la poca glucosa que no consume este órgano (alrededor del 60 % del consumo total diario, incluso sin pensar, se lo lleva el cerebro) y de traicilglicéridos. Por tanto, en reposo, el músculo consume grasas para estar quietecito!. Así pues, primera verdad a medias: a partir de los 30 minutos se empieza a consumir grasas. Falso: en reposo ya se consumen. Entonces ¿que se quiere decir con la famosa cifra de los 30 minutos?. Pues muy sencillo: ¡animar a la gente sedentaria a realizar ejercicio el mayor tiempo posible con la excusa de que sólo a partir de los 30 minutos se le podrán ir los “michelines”!. Y dice el “cliente”, como se dice ahora y a mí me horripila: “llevo 2 meses y nada que cuando me pongo en pelotas sigo igual y mira que me miro al espejo con cariño y denuedo”. La contestación es bien sencilla: “a que come usted una barbaridad”. Por supuesto, la persona dirá que no e incluso el más avezado indicará que come las comidas que le ha mandado su nutricionista. Usted con buen criterio le dice mire a lo que pasa en el estado de ayuno.

 

                Estado de ayuno. La figura 2, igualmente realizada a partir de un esquema del extraordinario libro de bioquímica de Lehninger, tratw de ilustrar lo que sucede metabólicamente en el estado de ayuno de corta duración. El de media y larga duración merece un comentario aparte y es: 1) una desgracia (hambre en el mundo, encarcelamientos bestiales), 2) el sujeto voluntariamente quiere manifestarse (huelga de hambre) o 3) tiene algún trastorno de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia).

Nótese como existen dos diferencias de Perogrullo entre esta situación (figura 2) y la de haber zampado (figura 1):

                1ª) la función del aparato digestivo esta anulada, salvo la hipotética función del intestino como reservorio y la contrastada de “intentar preservar” los niveles de glucosa. El intestino es muy activo con la glutamina, la cual es aportada por el músculo

                2ª) sólo una “flecha” es hacia abajo (del hígado a los tejidos): el aporte de glucosa para el cerebro a partir del glucógeno almacenado a consecuencia de habernos puesto hasta las trancas en el periodo postpandrial. El resto de las flechas son claramente hacia arriba (desde los tejidos hacia el hígado). Naturalmente, las razones de porqué las flechas van hacia arriba son obvias. Como el organismo detecta que se puede quedar sin su principal combustible, la glucosa, se pone en marcha.

  • Para ello, el tejido adiposo acelera su funcionamiento para dar sustratos al hígado. Pero el exceso de grasa que envían los adipocitos pondría en peligro al propio hígado (hígado graso) por un lado y por otra parte es necesario preservar el poco glucógeno almacenado. Así, parte de los triglicéridos son transformados en cuerpos cetónicos. Inteligente solución: los cuerpos cetónicos son solubles y dan una cantidad considerable de energía
  • Como sólo con la grasa no es suficiente para intentar mantener los niveles de glucosa, el músculo empieza a liberar los aminoácidos capaces de formar glucosa (fundamentalmente glutamina y alanina)

Figura 2 (grasas)

Continuando con el cuento del “cliente”, yo le explicaría una cuestión de Perogrullo: ¡siga haciendo ejercicio y coma menos, vera como pierde grasa, pero tenga paciencia!. Naturalmente, si el sujeto realiza ejercicio físico y come menos, el metabolismo integrado (aparato digestivo-hígado-tejidos) tenderá a parecerse más al de la figura 2 y menos al de la figura 1. Todo el mundo sabe que el ejercicio de larga duración es el que más se parece, metabólicamente hablando, a la situación de ayuno de corta duración. La famosa figura y la tabla que acompaña, puesta hasta la saciedad en los textos es muy ilustrativa

Figura 3 (grasas)

Ciertamente el mayor incremento en el consumo de grasas se produce del reposo a la hora de ejercicio a un intensidad submáxima del 50 %, pues estuvieron o estuvo (ignoro el artículo original) 4 horas. Pero obsérvese ¡como en reposo el organismo obtiene el 46 % de la energía de los ácidos grasos!

Para terminar, “brujuleando” en la red he encontrado un artículo que ilustra lo señalado. El artículo es la típica “borrachera de impactolatría” en la que se expone el aval científico que sustenta el sentido común basado en el estudio de la bioquímica. El artículo se llama: “algunas preguntas fundamentales sobre la oxidación lipídica durante el ejercicio”. Aunque “árido” de lectura para los lectores que no están habituados a artículos científicos de revisión, sólo como reseña os adjunto dos frases del citado artículo: “Los lípidos podrían ser utilizados como combustible desde el inicio del ejercicio (siempre y cuando la intensidad de este sea inferior al 85% del VO2máx). Por tanto, no es necesario realizar esfuerzo físico por más de 20 o 30 minutos para “empezar” a oxidar lípidos.

En resumen, sentido común a la hora de interpretar y aplicar la idea de la combustión de los ácidos grasos durante el ejercicio. Nuestros ciclos ayuno/alimentario están alterados (comemos en exceso y ayunamos en defecto). ¿Habéis visto algún animal salvaje por encima de su Índice de Masa Corporal?. Sin embargo, es posible que vuestro perro se encuentre fuera de peso. Pero si ¡hay en mercadona o Carrefour pienso-dieta para perros! Por otra parte, nuestra actividad laboral se limita a estar sentados frente a esta máquina diabólica e incluso mandar correos electrónicos a la persona que tenemos al lado. El resultado final es que tenemos que hacer ejercicio (carrera, bicicleta etc) más de 30 minutos. La grasa se quema incluso en reposo. Pero la única manera de animar a la población a realizar ejercicio es utilizar la excusa de los michelines para que realicen ejercicio más de 30 minutos.