Han pasado 7 años de la finalización de la formación de especialistas en medicina de la educación física y el deporte que se llevó a cabo en la universidad complutense de Madrid (UCM), en la cual estuvimos, primero en formación y posteriormente impartiendo clases. A pesar de las dificultades que encontró la puesta en marcha y desarrollo de la especialidad, ha tenido un indudable éxito, aunque tanto desde el entorno, como lo que es peor desde el interior (“fuego amigo”) haya sido cuestionada y criticada. La crítica era infundada, pues para ser objetiva era necesario conocer en qué situación estaba hasta entonces la medicina deportiva. Naturalmente, los que criticaron la idea del Dr Legido sobre la medicina deportiva eran unos absolutos ignorantes de la “historia de esta especialidad”. Pero tanta crítica voraz se resume en que ahora nos encontramos sin especialidad y lo que es peor sin perspectivas de lograr la formación, cuando hay un reconocimiento social de la medicina deportiva fruto de la propuesta del Dr. Legido.
Para no extendernos, vamos a mencionar brevemente el origen de la especialidad. Sólo hasta 1980 es cuando aparece en la Ley General de Cultura Física y del Deporte (Ley 13/1980), en su artículo 9, apartado 2 el reconocimiento de la formación de especialistas. Pero, como sucede muchas veces se legisla para no cumplir las leyes, de manera que durante 15 largos años la medicina deportiva permaneció en el anonimato. Para dar la puntilla, posteriormente, se traspasa la responsabilidad de la medicina deportiva al ministerio de Sanidad, el cual se inhibió totalmente.
A continuación se exponen los 3 ejes centrales del análisis de la propuesta del Dr Legido
1º) Para comenzar, ¿por qué centramos este escrito en el Dr Legido, cuando la comisión de expertos estaba formada por 7 personas (Dr. Delgado Pérez, Dr Gómez Velasco, Dr Lezcano Hernández, Dr Marín Fernández, Dr Ruano Gil, Dr Sicilia Sicilia y Dr. Legido)? Pues mi sencillo, porque la ideó y la puso en marcha el Dr. Legido, aunque, indudablemente, todos los componentes pusieron su conocimiento.
2º) Muy importante. El título propuesto por el Dr. Legido era Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte (EMEFyD). Con este título el Dr Legido quería dejar bien claro el campo potencial del profesional, muy ambicioso, en efecto, pero coherente con su idea. Pretendía que el especialista en EMEFyD pudiera abarcar los siguientes campos de actuación:
- Laboral
- Escolar
- Ocio
- Deporte
- Alta competición
- Deporte espectáculo
3º) La idea inicial, que muchas veces ha comentado el Dr Legido era la siguiente: “un médico sabe medicina, sin embargo, no sabe Educación Física, ni Deportes, ni campos de la patología médica relacionada con el deporte, ni fisiología y biomecánica aplicadas al ejercicio”. Aquí ya entraba el conflicto teórico, fruto más de “egos” que de un razonamiento coherente y sosegado: ¿es que el médico EMEFyD también va a dar clases de educación física?
Esta idea inicial es la que generó más conflicto en el desarrollo de la EMEFyD en la Escuela de Medicina de la Educación Física y el Deporte en la Facultad de Medicina de la UCM. De hecho, uno de los autores (FMT) de este documento de reconocimiento estuvo presente en una “cierta rebelión estudiantil” totalmente sacada de contexto por ignorancia. De forma clara y meridiana, el enfoque de la especialidad para el Dr Legido era la prevención, evaluación, educación y tratamiento del practicante deportivo con independencia del nivel. La actividad física como herramienta complementaria del tratamiento de diferentes enfermedades era totalmente secundaria. Pensar que el médico deportivo iba a trabajar en rehabilitación cardiaca o respiratoria era estar en la inopia
EL PROGRAMA DE LA EMEFyD
Lo primero que se decidió es que la formación de los especialistas fuera universitaria. ¿Error o acierto? Cómo siempre no es fácil contestar de forma categórica. En aquel momento, había la posibilidad de formación de especialistas extra-hospitalaria y que mejor que la universidad para hacerlo, realizándose, en las dos primeras promociones un examen nacional con una parte propia de la especialidad; y posteriormente, a través del sistema MIR. Sin embargo, en el momento actual, en el que se ha eliminado la posibilidad de formación fuera de los hospitales, obviamente, es un error y, además, es imposible. Pero, realmente, ¿se puede pensar que es viable la formación en hospitales de médicos deportivos, cuando las necesidades de los hospitales son otras y mucho más importantes? Creemos, porque no lo sabemos con seguridad, que son pocos los hospitales que tienen una unidad de medicina deportiva.
Naturalmente, el programa de la especialidad fue condicionado por la idea de Dr. Legido y dónde debía impartirse. Así, la comisión propuso un número de horas totales de 600, de las cuales 535 horas para el área básica, 45 para el área complementaria y 30 para cada escuela (Tabla 1). Si se analiza con objetividad y no se guía el juicio por condicionamientos fuera de contexto, el programa era impecable, porque atendía a: 1º) la idea que de la especialidad tenía el profesor Legido y 2º) el campo potencial de ejercicio profesional (véase antes)
Tabla 1 | ||
ASIGNATURAS | HORAS | CREDITOS |
Biomecánica | 120 | 12 |
Fisiología | 120 | 12 |
Motricidad y rendimiento Sistemas de entrenamiento Acondicionamiento físico | 40 20 | |
Estructura del movimiento | 25 | 2,5 |
Clínica del deporte Médica Cirugía Traumatología y ortopedia | 100 (total 3 asignaturas) | 10 (total 3 asignaturas) |
Rehabilitación | 25 | 2,5 |
Deportes | 50 | 5 |
Psicología y Psicopatología médico-deportiva | 15 | 1,5 |
Higiene y educación para la salud Medio escolar Medio universitario Medio laboral | 10 5 10 | |
Asignaturas complementarias Sociología Organización y legislación Metodología cuantitativa Farmacología y toxicología Instalaciones deportivas | 10 10 10 10 15 | 1 1 1 1,5 1,5 |
No creo que pueda admitir discusión que, por ejemplo, se impartiera una asignatura como estructura del movimiento, es decir, psicomotricidad. En la idea del Dr Legido, el especialista que ejerciera en el campo escolar debería tener un conocimiento, aunque fuera mínimo, de cómo puede influir la educación física en el desarrollo de los niños. Pero hay un aspecto relevante que debe de ponerse de manifiesto. Al final de la propuesta se indica: “…..este programa tiene muchas posibilidades de prontas modificaciones, toda vez que cuando tenga lugar la aparición del nuevo Decreto de Especialidades Médicas, una gran parte de las mismas habrán de adaptarse a distintos años de formación, a un criterio de troncalidad, o la revisión de unos objetivos que en tres años de desarrollo del programa pueden no ser ideales para la mejor formación de los futuros especialistas” (1)
En resumen, el programa de estudios era totalmente coherente con la idea que tenía el profesor Legido de la especialidad. Por este motivo, fue realmente incomprensible que, en un momento dado, el alumnado se “revelara”, probablemente por presiones “externas” y “alentado”, en cierta manera desde una parte de la Escuela de medina deportiva. A pesar de ello, se intentó adaptar de manera que en el primer curso se hacían una serie de rotaciones por diferentes servicios de hospitales, a modo de médicos residentes en formación. Pero, al “ir de prestado”, la relevancia de la formación ni la exigencia en los hospitales era la misma.
NUESTRA ADAPTACIÓN DEL PROGRAMA DEL PROFESOR LEGIDO A LA REALIDAD
La idea del Dr Legido era realmente utópica. Primero, el posible desarrollo de los profesionales en el campo escolar era inviable en la realidad. Segundo, la posible entrada del especialista MEFyD en el mundo laboral chocaba frontalmente, a nuestro juicio, con los especialistas en medicina del trabajo y otras especialidades cuyo segundo trabajo es el mundo del deporte. Por tanto, los potenciales puestos de trabajo se reducen al deporte sea con un objetivo de salud o competitivo. El resultado, sería cambiar la denominación de la especialidad, a la que de manera más extendida se considera: Especialidad en Medicina Deportiva (EMD). Por consiguiente, una posible adaptación del planteamiento inicial a una realidad más verosímil podría ser la que figura en la tabla 2. Se mantendrían las materias directamente relacionadas con el desarrollo profesional del médico deportivo.
Tabla 2. | ||
ASIGNATURAS | HORAS | CREDITOS |
Biomecánica | 120 | 12 |
Fisiología | 120 | 12 |
Sistemas de entrenamiento | 60 | |
Clínica del deporte y Traumatología | 120 | 10 |
Rehabilitación | 25 | 2,5 |
Deportes | 50 | 5 |
Asignaturas complementarias Organización y legislación Estadística Farmacología toxicología | 10 10 15 | 1 1 1,5 |
En resumen, la propuesta del profesor Legido fue extraordinaria y no valorada en su justa medida, a pesar que, ahora, nos encontramos como hace 50 años, es decir, sin el reconocimiento de la administración de esta especialidad. A pesar de sus considerables detractores, el profesor Legido logró que se formaran más de 420 sólo contando los especialistas en la facultad de medicina de la UCM, con “una formación tan deficiente”, como muchos sostienen. Curiosamente, los especialistas formados han prestado o siguen prestando sus conocimientos en:
- Servicios de medicina del Deporte de Universidades públicas,
- Docentes en Universidades públicas y privadas,
- Centros de Medicina Deportiva privados,
- Centros de Alto rendimiento y de Tecnificación de las distintas comunidades autonómicas,
- Unidades en distintos Centros Hospitalarios privados (Clínica CEMTRO, Quirón, etc.);
- Federaciones Nacionales, Clubes deportivos profesionales, miembros de distintas comisiones del Comité Olímpico Español, Habilitados por la AEPSAD para la recogida de muestras de dopaje, Servicios Médicos en Gimnasios. Estos son los centros que tengo en mente. Espero que te valga la información.
La realidad es que, a nuestro juicio, el Dr. Legido pecó de utópico al pensar que el ejercicio profesional podría ser tan ambicioso, pero su propuesta fue coherente con su idea. Con matices y más en el terreno de la realidad, la propuesta sigue siendo válida. Otra cuestión distinta es la complejidad de llevarla a cabo en el actual del sistema MIR. Pero es seguro que, aprovechando el «vacío de no espacialidad», se realicen unos «extraordinarios master en medicina deportiva». Para nosotros una absoluta vergüenza.
(1) Organización médica colegial. Especialidades médicas. Número 47. Serie monográfica. Editado por banco de fomento. Director Alberto Berguer. Edita consejo general de colegios médicos de España. Grupo centro s.a. imprime litoprint S.A Fuenlabrada (Madrid) isbn 84-87295-33-9. Depósito legal m-9645-1990