Casos 14 (subida en bicicleta a un puerto de montaña de 1ª catagoría) y caso 15 (enfermedad mitocondrial y entrenamiento

Se adjuntan los enlaces de los dos videos correspondientes a los casos 14 y 15, así como lo documentos

La dirección del video en YouTube es la siguiente https://youtu.be/qUtYfE8gAjk

La dirección del video en You tube es la siguiente: https://youtu.be/crn8k06GdJc

COMO ELEGIR A LOS PROFESORES DE INEF

SIEMPRE POR ENCIMA LA DOCENCIA

            En primer lugar, es necesario diferenciar entre docencia e investigación. Aunque se positivamente que esta observación está lejos de la realidad y que a medida que avance el tiempo no se llevará a cabo  es la idea de aquellos que tenemos una CLARA VOCACIÓN DOCENTE. Se debería hacer esta distinción ¿Por qué es importante a la hora de elegir al profesorado distinguir entre docencia e investigación:

  1. Por mucho que se empeñen los que dirigen el cotarro de la elección de profesorado, el INEF es eminentemente DOCENTE, digamos que en un 90 % y no exagero. Con los criterios actuales yo no hubiera sido profesor en el INEF. Cualquier “jovencito”, con más de 100 “papers de impacto”, me hubiera barrido. Pero como yo sostengo, con criterios de selección docente, como se exponen más abajo, sería muy difícil que no hubiera obtenido la plaza. A ilusión y pasión por la docencia no me gana nadie
  2. La investigación que se puede llevar a cabo es muy limitada. Ya lo he señalado en otras entradas. Insistiendo en el campo de la fisiología, ni los profesores, ni los medios materiales, ni los estudiantes estamos preparados para llevar a cabo estudios experimentales que redunden en beneficio de la sociedad y contribuir al conocimiento en un determinada área. Si vamos al campo de los deportes, es irrisorio señalar que se estudia a la elite de un determinado deporte, cuando solo se ve a esa élite en fotos en intenet y como mucho en una foto directa, como tenemos en el laboratorio de fisiología del ciclista Contador, ya retirado, que cuando vino con su entrenador de entonces, con apenas 15 años, recuerdo me dijo “este chico es pata negra” y no se equivocó. No necesitó el entrenador que le diera los resultados de la prueba de esfuerzo. Luego, lógicamente, desapareció y no le vimos el pelo en toda su exitosa carrera

Por otra parte, la “diversidad” de los estudios de INEF, también por empeño de ir ganando “parcelas laborales”, ha determinado unas diferencias notables a la hora de cómo elegir al profesorado por los tres departamentos (deportes, salud y sociales). Las diferencias son muy notables entre profesores de deportes y “otros profesores”. En el “INEF histórico”, todos los profesores de deportes eran los que mayor crédito profesional tenían en sus respectivos deportes como: fútbol (Vilallonga, seleccionador español, baloncesto (Sainz, entrenador del Real Madrid), Balonmano (De Dios Román y Bárcenas, entrenadores de los mejores equipos, etc), voleibol (Callejón, uno de los mejores jugadores en su tiempo), Atletismo (Ballesteros, un entrenador de la elite), gimnasia (Bacher, un buen gimnasta en su tiempo). Es decir, todos tenían una experiencia en la elite, nada comparada con los profesores actuales. Pero todos tenían un punto de unión: LA PASIÓN POR ENSEÑAR. Esto no significa que hubiera grandes profesores en otras disiciplinas: Anitua en anatomía, Alvaro-Gracia en fisiología y Legido, padre en la sombra del mejor INEF de todos los tiempos y no es nostalgia es realidad.

Pero el departamento de deportes, siendo consciente de la importancia de tener profesionales del deporte se las ha ingeniado para que prevalezcan requisitos docentes y deportivos y no de investigación. Por citar a algunos nuevos profesores, han entrado al INEF profesionales de gran categoría, tales como:

·         Carlos A. Cordente Martínez (de contrastado nivel deportivo en atletismo)

·         Oliván Mallén (de contrastado nivel deportivo en atletismo)

·         Bango Melcón (seleccionador español gimnasia deportiva)

·         Rivilla García, Jesús (preparador físico de la selección española de balonmano)

·         Alberto García Bataller (entrenador de la mejor triatleta española)

Si hubieran seguido criterios estúpidos de investigación, nunca podrían haber accedido a ser profesores, por ejemplo, los citados. No se puede decir lo mismo del departamento que mejor conozco, el de salud. En este departamento, guiados por la pseudo-investigación, “premian” los curriculum con un montón de papers. Como ya no estoy, por suerte, en los comités de selección, creo que en una plaza, y hablo de oídas, que uno de los concursantes “participaba” en más de 1000 “papers”. Una solemne estupidez, pero que “deslumbrante”.

¿QUÉ PROPONDRÍA “YO” PARA SELECCIONAR AL PROFESORADO DEL INEF?

He puesto entrecomillado la palabra “yo” para darle mayor énfasis a lo que quiero decir, aunque gramaticalmente no tenga sentido. Lo primero, como se ha expuesto, sería diferenciar entre plazas: investigación o docencia. Pero soy consciente que es inviable. Así pues, refiriéndome a las plazas del departamento de salud, concretamente aquellas relacionadas con la fisiología.

Para los no familiarizados con el proceso de selección del profesorado titular hay dos partes: 1ª) dónde se expone y defiende el currículum y 2ª) dónde se expone una clase del programa. Sinceramente, suprimiría el ejercicio 1, porque soy consciente que se valorara más la investigación que la docencia. Pero en caso de mantener el primer ejercicio, lo que haría, en el caso de dirigir (siendo el Presidente, que es el que condiciona el tribunal) el proceso puntuaría los méritos de la siguiente forma:

  • Mérito docente 8 sobre 10
  • Mérito de investigación 2 sobre 10

Aquí se puede tropezar con un obstáculo. Si se presentas dos jóvenes, por ejemplo de 35 años, es difícil que el de vocación docente tuviera suficientes méritos como para superar a otro, con vocación investigadora, pues éste podría haber acumulado un motón de “papers” al “arrimarse” a un docto o grupo de investigación. Pero con la puntuación referida tendrían las mismas opciones. Por ejemplo, el investigador con 100 artículos tendría 200 puntos, por ejemplo, y el docente, suponiendo 30 meses de docencia 240 puntos.

El  segundo ejercicio sería el definitivo para valorar la capacidad para la docencia y priorizar la entrada de profesores con este perfil y que los “investigadores” se dedicaran a eso y, como están en la universidad, que dieran alguna clase en el doctorado. Pero a diferencia del proceso actual, propondría que se impartiera más de una clase, dos o tres, del temario, pero a sorteo. Ese decir,  que se sacara una bola con uno o los dos temas, reuniendo los dos requisitos siguientes:

  • Una 45 a 60 minutos de exposición para cada uno de los temas. Pienso que 30 minutos son pocos para exponer un tema
  • Sin apoyo de aplicaciones informáticas, más allá de las necesarias para realizar dibujos o esquemas que fueran complicados de realizar en tan poco tiempo.

Se pensará que en la época de la tecnología en que nos movemos no hacer uso  de las “nuevas tecnologías” es antediluviano. Discrepo totalmente, la tecnología hay que aplicarla en su justa medida.  De la manera que yo propongo (pizarra y tiza) se sabría si el candidato se sabe bien la asignatura o simplemente es un “gran lector” de diapositivas más o menos elaboradas en power-point. El abuso de esta aplicación es denigrante, pues incluso se permite tener “chuletas” que no puede ver el estudiante.

La lección debe de ser asequible a los futuros estudiantes sin erudición, de manera que los miembros del tribunal deben de juzgar no en función de sus conocimientos, sino ponerse en el lugar de los alumnos, con observaciones/preguntas tales como: no pone pasión en los que explica, esto que usted explica no se entiende bien, demasiado nivel para unos alumnos de primer o segundo curso, ha coordinado con otras asignaturas relacionadas, etc.

En resumen, pienso que el sistema actual de elección del profesorado favorece notablemente a los “articulistas” en detrimento de los profesores con vocación docente. Es, justamente, mi caso, que por azares circunstanciales del momento de entrada al INEF, no tuve que “competir” con nadie. Como he señalado al principio, de existir las condiciones actuales, yo no hubiera podido disfrutar de este “entretenimiento remunerado” durante más de 35 años que es para mí la enseñanza de la fisiología en el INEF. Todavía pongo pasión explicando la curva de asociación/disociación de la hemoglobina o el ciclo cardiaco, por ejemplo. Por eso, aunque es predicar en el desierto, he decidido hacer este escrito sobre cómo elegir al MEJOR DOCENTE para explicar en el INEF. Porque por más que se empeñen muchos de mis discípulos, pseudo-investigar sólo sirve para ganar más dinero, pues desgraciadamente, por lo único que premian (sexenios) es por hacer “artículos” de dudosa valía para el conocimiento científico y aplicación a la sociedad. Pero, no soy el único, pues muchos profesores, siendo conscientes, han puesto su empeño en reconocer otros tipos de méritos: sexenios de transferencia y sexenios de educación.