CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

Me he decidido a escribir sobre este tema “poco controvertido”, pues la mayor parte de la Sociedad lo admite como una verdad de fe. Señalo poco controvertido, porque para buscar en internet controversias sobre lo establecido  es harto complicado. Prueba de ello, sin ir más lejos, “nuestro extraordinario presidente” ha declarado con todo fundamento que “el cambio climático mata”. Pero parecido era el  eslogan que figuraba en una pancarta que llevaba una niña “yo moriré de cambio climático”. La inundación de mensajes catastrofistas de las consecuencias del cambio climático ha sido, como siempre, reflejada en múltiples medios de comunicación: “Preocúpese. Preocúpese mucho “(revista Time), emergencia climática, crisis climática o colapso climático (The guardian). Es decir, que intentan meter miedo desproporcionado e injustificado, claro está, a mi modo de ver.

En este documento no voy a discutir si la ciencia  y los científicos realmente tienen argumentos para acojonarnos tanto que en la última declaración de París nos sitúan en el 2050 al borde de la catástrofe (¡el cambio climático podría acabar con la civilización humana en 2050!), sino hacemos algo por remediarlo que, como siempre, recae en el ciudadano y se forran de dinero todos los seguidores. A mi entender el año de la catástrofe que se nos avecina no es ciencia sino política interesada. En realidad, estoy absolutamente en contra de que exista un cambio climático inminente, pero no tengo los criterios científicos como para argumentar lo contrario a los científicos. No obstante, hay algunos científicos que cuestionan el cambio climático, pero son censurados por no seguir el dogma, es decir, la negación de la ciencia que es hipótesis, comprobación y debate.

A partir de la lectura de un libro (Falsa alarma de Bjorn Lomborg). El libro dedica las tres cuartas partes a cuestionar el cambio climático, cuando, paradójicamente, el autor confiesa ser un “creyente”, pero discute que las medidas de los diferentes gobiernos no son eficaces y han determinado una “falsa alarma”. La última parte del libro la dedica a la propuesta de alternativas de lucha contra el cambio climático. Sinceramente, me parecen más de lo mismo.  Como consecuencia de la lectura del  citado libro, me he dedicado durante unos meses a “brujulear” buscando las citas originales del libro e interpretándolas bajo mi perspectiva. He encontrado contradicciones patentes sobre las consecuencias del cambio climático. Como he señalado no tengo nivel para discutir, aunque tengo plena confianza en la Agenda 2030 del ministerio de asuntos sociales.

PRIMERA CONTRADICCIÓN: ELEVACIÓN DE LA TEMPERATURA

            Una de las consecuencias del cambio climático es la elevación de la temperatura de la tierra que se ha mostrado por la presumible desaparición del oso polar, con imágenes tan impactantes como la de un oso polar famélico en un bloque de hielo que se funde. Uno de los grupos (Grupo de especialistas en osos polares, PBSG) que estudian el número de osos polares, concluye que no sólo no han bajado el número de especies, sino que a partir de 2010 están comenzando a subir porque se está persiguiendo la caza indiscriminada de estos animales en el Ártico (IUNC 1986, 63; Wing et al 1995, 29; IUNC/SSC Polar Bear Specialist Group, 2019, 1). Pero, como se ha señalado hay mucho jeta, como Al Gore que en 2017 publicó un informe titulado “Inconvenient Sequel” (Una secuela inconveniente). La realidad es que los osos polares sobrevivieron durante el último periodo interglaciar (115.000.130.000 años), cuando la temperatura era más alta.

            Otro símbolo del efecto del cambio climático, tan de moda este verano y otros, son las “olas de calor”. Dando por válido que la frecuencia de olas de calor ha aumentado, la cuestión es el efecto que produce en el ser humano. En un estudio realizado por Vicedo-Cabrera (1), En el inicio de la discusión señalan los autores “attenuation of heat-mortality impacts in most of the countries well and beyond that simply expected”. Es decir, que las muertes por frio aumentan en todos los países estudiados, mientras las muertes por el calor se mantienen entre las décadas 1980 y 2010

Figura 1. Parte a fracción de muertes atribuidas al frio. Parte b, fracción de muertes atribuidas al calor y la tendencia. Parte c: muertes atribuidas al calor observadas y predichas en periodos de 5 años. Parte d, muertes atribuidas al frio observadas y predichas en periodos de 5 años. En todas las figuras se supone que los valores de temperatura se mantienen constantes y que existe una relación constante entre la exposición al frio o calor por debajo de la mínima de mortalidad

SEGUNDA CONTRADICCIÓN: HAY UNA PÉRDIDA DE MASA FORESTAL

            Otro  de los mantras con los que nos han obsequiado es que debido al calentamiento global se ha producido una pérdida de masa forestal, de manera que los bosques se han transformado  en zonas poco menos que desérticas. Pues bien según estudios realizado de forma minuciosa (2) y (3), resulta todo los contrario: se está produciendo un reverdecimiento si precedentes que, los gurús científicos del cambio climático no reconocen. Según los estudios  citados en las tres últimas décadas más de a mitad de la superficie vegetal del planeta está recuperando el color verde y sólo el  4 % un color más marrón. Resulta que la mayor emisión del CO2 determina una mayor fertilización. Además la reforestación y las prácticas ganaderas y agrícolas, cuando las dejan actuar, intervienen en la mayor forestación. La figura 2 muestra la evolución del índice de superficie de las hojas, de manera que se observa una tendencia a incrementar notablemente. Para una mayor información consultar la figura original del trabajo de Mao (2)

Figura 2. Serie temporal de 1982-2011 del índice de superficie de hojas (foliar) durante la estación de crecimiento (abril-octubre) en la tierra. Sólo se representa la media de las observaciones.

TERCERA CONTRADICCIÓN: EL CAMBIO CLIMÁTICO DETERMINA UNA MAYOR FRECUENCIA Y/O MAGNITUD DE LOS FENÓMENOS CLIMÁTICOS

            El Washington Post señalo “una señal atroz y clamorosa del cambio climático” al referirse a a los efectos del cambio climático sobre los fenómenos climatológicos extremos, tales como sequía extrema, inundaciones, incendios u huracanes. Contrariamente a la exageraciones periodísticas interesadas, curiosamente expertos científicos de la Naciones Unidas (Grupo de Expertos sobre el cambio climático = IPCC) indicaron todo lo opuesto. De hecho, paradójicamente, cuando interesa, las menos veces, se considera que los informes emitidos por IPCC constituyen el patrón oro debido a la rigurosidad y ser consecuencia de una consenso de científicos. Dado la profundidad del tema, simplemente haré un mención escueta a los informes de IPCC. El lector interesado puede encontrar la información que precise en las siguientes direcciones: https://wwwipcc-cg/site/asses/uoloads/2018/04/ipcc-statement-principles.procedures-02-2010.pdf; www.climatechage2013.org; www.ipch.ch/report/ar5/

  1. Sequía. Expertos de la ONU señalaron “hay poca seguridad sobre la observación de una tendencia a escala global en relación con la sequía”  (4). En USA la incidencia de sequía ha descendido desde 1982. Además se concluyó que no había relación entre el cambio climático causado por el ser humano (cambio climático antropogénico) y la incidencia de sequía
  2. Inundaciones. Los informes no han encontrado datos científicos que avalen el efecto del cambio climático en la incidencia y magnitud de las inundaciones. Los jetas de Al Gore y Di Caprio aprovecharon para decir “Before the flood”, algo así como “antes del diluvio”
  3. Incendios. Se ha demostrado que la superficie quemada ha disminuido como se muestra en la figura 4-2. En esta figura se muestra como ha aumentado la superficie quemada desde l década 1980 hasta 2010. Pero esta lectura es a todas luces errónea en su interpretación, pues el aumento es prácticamente despreciable si se compara los índices anuales de territorio quemado a principios de siglo, es decir partiendo de un nivel muy bajo
  4. Huracanes o ciclones tropicales. Científicos de la ONU concluyeron lo siguiente al examinar los datos de huracanes o ciclones tropicales: “no se observa ninguna tendencia significativa en la frecuencia mundial en los ciclones tropicales y pronostican que serán mas intensos pero menos frecuentes”

En resumen, la figura 4-4 muestra las muertes causadas por fenómenos meteorológicos extremos, tomados de 85). El descenso en el último siglo es evidente. En la década de 1920 murieron medio millón de personas al año, mientras en la actualidad se ha producido un descenso a 20.000 por año, es decir, una reducción de mas del 90 %. Teniendo en cuenta que la población mundial se ha multiplicado por cuatro, se ha producido un descenso notable del riesgo de una persona de morir por una catástrofe del clima

LAS CONFERENCIAS SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO: SUS EFECTOS

            Las diferentes cumbres sobre el cambio climático (Roma, Rio de Janeiro, Kioto y París) han propuesto medidas que,  como se ha comentado anteriormente, recaen en el ciudadano con el sentido de “si todo el mundo hace un pocose podrá conseguir un efecto grande”, como utiliza de forma torticera Greta Zumbada, que mas vale que se pusiera a estudiar físicas, dado que tanto le interesa el clima y no contribuir precisamente a aumentar el dióxido de carbono y de paso a llenarse los bolsillos.

La realidad, digan lo que digan es que no se puede revertir, dando por sentado el cambio climático, los efectos de éste con medidas individuales, porque según los científicos el aumenta la emisión de dióxido de carbono de forma creciente. Para llevar a cabo, las medidas propuestas deberíamos todos convertirnos en vegetarianos, comprar coches solamente eléctricos y viajar en patinete. Todo ello, ahora si con el total desinterés de todos los gobiernos, de proponer darnos la energía más barata y menos contaminante. La maravilla de la llamada energía verde (molinillos y sol). Lo de ser vegetarianos es una opción individual que no tiene nada que ver con el cambio climático. El resto es de traca.

  1. La energía verde (La revolución verde). Otra pantomima que sólo cubre el 1 % de las necesidades energéticas mundial y que en Europa representa el 2,7 %, mientras que a madera es el 10 % de la energía total. Sin embargo, en el presupuesto de la UE el apoyo a las energías verdes constituyen el 20 % del presupuesto. Una cuestión interesante, aunque entre en el terreno de la anécdota, es la experiencia Dharni, localidad de la India. De forma resumida, la experiencia fomentada por Greenpeace (“Dharni se negó a caer e la trampa de la industria de combustibles fósiles”. Intentaron el suministro eléctrico sólo a base de energías “limpias”, cuyo resultado fue nefasto, pues la gente que vivía allí indico “queremos energía de verdad”, pues a las pocas horas de poner en funcionamiento la red “verde” se quedaron sin electriciada. Tres cuartos de los mismo sucedió en Fiyi con el funcionamiento de los frigoríficos con energía solar, cuyo resultado era de esperar: los frigoríficos no funcinaban
  2. La reunión de París: la guinda del pastel. En la figura 3 se representa los efectos del Acuerdo de París para limitar el aumento de la temperatura 1,5ºC. La realidad es que las medidas a adoptar lo único que podrían garantizar es una reducción de 0,03ºC de elevación de temperatura, si todos los países cumpliesen escrupulosamente los acuerdos, cuestión muy dudosa. Finalmente, el artículo de Victor eta al de 2017 (8) es muy relevante. De forma resumida viene a decir los siguiente: “a pesar que los acuerdos tomados en París fueran llevados a cabo por todos los países, la reducción de la emisiones de dióxido de carbono alcanzaría menos del 30 % en el 2030 y no del 40 % como se comprometió. Además, en su mayor parte, la reducción de las emisiones sería del cambio de energía del carbón al gas y muy poco de las energías renovables

Figura 3. Estimaciones de los recortes de emisiones de dióxido de carbono en miles de toneladas. En 1, valor estimado según los acuerdos de París para 2030. En 2, estimación de los recortes según los acuerdos de Parías para final de siglo. En 3, estimación de la reducción necesaria para limitar el aumento de temperatura a 2ºC. En 4, estimación de la reducción necesaria para limitar el aumento de temperatura a 1,5ºC. Figura modificada del libro Falsa alarma de Borg Lomborg

EN RESUMEN, dudar del cambio climático conduce a que te cuelguen el sambenito tan ilustrativo de “negacionista” por cualquier persona, incluso científicos, los cuales incumplen el más elemental principio de la ciencia: el debate sosegado con argumentos. Cualquiera que entre en internet y teclee “negacionistas del cambio climático”, se encontrará con una serie de documentos, no críticos con los argumentos de los que pueden cuestionar el cambio climático, sino vituperando las aportaciones de estos. Yo me pregunto: ¿Cuánto tiempo llevan los científicos evaluando el cambio climático de forma rigurosa? Uno o dos siglos como mucho, aunque los geólogos conocen con bastante precisión los diferentes periodos que ha pasado la tierra (glaciares e inter-glaciares) y se cifran en miles de años. Este simple análisis, probablemente de un “negacionista”, es el que esgrimo de forma coloquial. Pero, en este breve documento se expone de forma sucinta las contradicciones sobre los efectos del “cambio climático” tan inminente que nos apabulla y que los gobiernos se ocupan de desencadenar un agobio de intereses ocultos

Bibliografía consultada

(1) Vicedo-Cabrera, A. M., Sera, F., Guo, Y., Chung, Y., Arbuthnott, K., Tong, S., … & Gasparrini, A. (2018). A multi-country analysis on potential adaptive mechanisms to cold and heat in a changing climate. Environment international111, 239-246.

(2) Mao, J., Ribes, A., Yan, B., Shi, X., Thornton, P. E., Séférian, R., … & Lian, X. (2016). Human-induced greening of the northern extratropical land surface. Nature Climate Change6(10), 959-963.

(3) Zhu, Z., Piao, S., Myneni, R. B., Huang, M., Zeng, Z., Canadell, J. G., … & Zeng, N. (2016). Greening of the Earth and its drivers. Nature climate change6(8), 791-795.

(4) Stocker, T. F., Qin, D., Plattner, G. K., Alexander, L. V., Allen, S. K., Bindoff, N. L., … & Xie, S. P. (2013). Technical summary. In Climate change 2013: the physical science basis. Contribution of Working Group I to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change (pp. 33-115). Cambridge University Press.

(5) Freiria, S. (2011). Título da página electrónica: EM-DAT, The International Disaster Database–Centre for Research on the Epidemiology of Disaster (CRED). URL: http://www. emdat. be. Revista Crítica de Ciências Sociais, (93), 208-209.

(6) Shellenberger, M. (2019). The reason renewables can’t power modern civilization is because they were never meant to. Forbes, May6, 2019.

(7) Victor, D. G., Akimoto, K., Kaya, Y., Yamaguchi, M., Cullenward, D., & Hepburn, C. (2017). Prove Paris was more than paper promises. Nature548(7665), 25-27.

Arora, V. K., & Boer, G. J. (2014). Terrestrial ecosystems response to future changes in climate and atmospheric CO 2 concentration. Biogeosciences11(15), 4157-4171.

Arora, V. K., & Melton, J. R. (2018). Reduction in global area burned and wildfire emissions since 1930s enhances carbon uptake by land. Nature Communications9(1), 1-10.