CUARENTA MARAVILLOSOS AÑOS REALIZANDO UNA AFICIÓN “REMUNERADA”: LA ENSEÑANZA DE LA FISIOLOGÍA HUMANA EN EL INEF

En sentido estricto, ahora son 39 años, pero el último curso que impartiré (2023/2024) serán los 40. Así ha sido, una afición remunerada. En el anterior documento (“VEINTEOCHO AÑOS ENSEÑANDO FISIOLOGÍA EN EL INEF”) indicaba que una de las razones de escribir ese documento era una pregunta que me hacían los alumnos al año siguiente de finalizar el curso. Ahora, en realidad, la razón es dar a conocer a mis exalumnos la enorme satisfacción profesional que me ha supuesto a nivel profesional contribuir a que los futuros INEFs sean conscientes de lo extraordinario que es el organismo humano. Como he dicho siempre, no a que sepan fisiología humana. Si entonces eran ¡más de 11.000 alumnos!, ahora habrán sido alrededor de 15.000 alumnos que he intentado que les gustase la fisiología humana, por lo menos la décima parte que a mí.

                Como en la anterior entrada al blog analicé los resultados de cuando la materia se impartía durante todo un año, en ésta otra entrada sólo se reseñan los resultados de la entrada en vigor del extraordinario plan Bolonia, es decir, de los cursos  2010-2011 al 2021-2022, que han supuesto para mi más inconvenientes que ventajas, en realidad ninguna de estas. No pretendo comparar licenciatura/grado en INEF por los siguientes motivos:

  1.  Aunque yo he sido el único profesor que ha impartido la fisiología humana durante 40 años, NO SOY EL MISMO, aunque parezca paradójico
  2. LOS ALUMNOS NI SUS CIRCUNSTANCIAS, TAMPOCO SON LOS MISMOS, aunque sea de Perogrullo, igualmente
  3. LAS CONDICIONES EN LAS QUE HE IMPARTIDO LA ASIGNATURA SON MUY DIFERENTES y aquí me puedo extender.

Aunque se argumente que el número de horas lectivas en un curso anual (licenciatura) fuera el mismo que un curso comprimido (grado), no tiene nada que ver, sobre todo para el alumno. Tenerse que meter todo el temario en un año es más “relajante” que “embutírselo” en un mal  llamado semestre, pues se reduce, en realidad, a un trimestre. Este maravilloso plan de estudios se configura en semestres y la fisiología humana se imparte en el tercer semestre, es decir, de septiembre a diciembre del segundo curso. Total 16 semanas lectivas, pero, eso sí con la maravilla ideada por los “pedagogos” (la tercera invasión en España: los godos, los visigodos y los pedagogos): la distribución de la enseñanza se realiza de acuerdo a 60 horas de actividad presencial y 90 horas de actividad no presencial. Una verdadera utopía: al final se reduce a dar clases igual que en la licenciatura. Para colmo, se incrementa el programa de la asignatura, pues en la licenciatura se impartía la neurofisiología en una asignatura denominada Bases neurológicas del movimiento, que impartió muy bien el profesor Jesús Javier Rojo González. La pena es que los alumnos no han sabido reconocerlo.

Sin embargo, a pesar de no tener argumentos para comparar licenciatura/grado, es para mí inevitable hacerlo, pues el plan de estudios de grado es una auténtica porquería. He tenido que ir acomodando los contenidos, cada vez más simples, a las 16 semanas de clase real no ficticia (60 horas de clase presencial y 90 horas no presencial). Pero, ¿dónde se creen los “ideólogos de Bolonia” que estamos? Con un promedio de 200 alumnos por curso y un “furgón de cola” de otros 150, quisiera ver como uno de estos “pensadores frustrados” serían capaces de controlar las 90 horas no presenciales. En  alguna ocasión se me ha sugerido “acorta el programa”. Mi respuesta: “dime dónde y en que medida acorto: en cardiovascular, respiratorio, metabolismo, endocrino, líquidos corporales y riñón, neurofisiología”. Por supuesto, me he negado a eliminar cualquier parte, aunque haya tenido que explicar lo básico.

ANÁLISIS GENERAL DE LOS RESULTADOS DE GRADO

                Las figuras 1 y 2 muestran el número de alumnos no presentados en el actual plan de estudios (grado) y anteriores (licenciatura). En ambos, grado y licenciatura, hay una tendencia a alcanzar un valor estable entre los cursos 2012/2013 y 2018/2019 para el grado y 1967 a 2008 para la licenciatura. Después, he dio disminuyendo la fuerza: en la licenciatura, para no tener que dejar “colgado” a nadie y en el grado, porque estoy en la fase, como decía un profesor mío, en la fase de “Sancho el manso”. Si se me pregunta porque el promedio de no presentados ha disminuido de 215 (licenciatura) a 175 (grado) la clave está en lo anteriormente comentado: NO SOY EL MISMO, LOS ALUMNOS NI SUS CIRCUNSTANCIAS, TAMPOCO SON LOS MISMOS y  LAS CONDICIONES EN LAS QUE HE IMPARTIDO LA ASIGNATURA SON MUY DIFERENTES.

De cualquier manera, el hecho es que el abandono de la asignatura es notable. Como señalaba en el anterior documento (“VEINTEOCHO AÑOS ENSEÑANDO FISIOLOGÍA EN EL INEF”)

  1. el porcentaje de aprobados es suficientemente elevado para considerar que cuando algún alumno muestra un mínimo de interés mi “manga” sea la de Fray San Francisco”
  2. “La mayor parte de los alumnos tienen una formación escasa o nula en materias necesarias para la compresión de la misma”. Si esto era evidente en la licenciatura, ahora se eleva a la tercera potencia, por lo menos. Entre las porquerías de planes de educación que nos han “impuesto” los sucesivos gobiernos (a cuál peor) y la dinámica de la sociedad (que nada cueste ningún esfuerzo, pues siempre habrá recompensa), el deterioro ha sido considerable. Ahora recuerdo, que le pregunté a una alumna “que bachillerato había estudiado” y me dice que el de “arte”. Con gran sorpresa e ignorancia le seguí preguntando que asignaturas había en esa opción y me contestó, hablo de memoria frágil, danza, artes escénicas etc. En fin, una opción cojonuda para entender fisiología
  3. Coincidiendo con lo anteriormente mencionado en el documento VEINTEOCHO AÑOS ENSEÑANDO FISIOLOGÍA EN EL INEF”), “la capacidad de “sufrimiento” es escasa”.
  4. El plan de estudios de grado ha agrandado considerablemente las deficiencias de una “carrera tan multidisciplinar en la que lo mismo se estudia la  cinemática de un lanzamiento que como  construir un fresbee (disco volador)”. “Se va perdiendo el objeto  de estudio: el movimiento, desde su enseñanza (campo educativo) hasta su perfeccionamiento (campos deportivo, de salud, y de ocio)”.
  5. No he cambiado la forma de entender la asignatura: pensar, reflexionar y “aplicar” el conocimiento al ejercicio. Si yo tuviera una concepción de la enseñanza de la fisiología en la  que prevaleciera la memoria de corto plazo y  no el raciocinio, los alumnos se atreverían a presentarse, pues podrían “engullir” o “copiar” por cualquier medio (“chuletas”, “del compañero sabiondo”, “a través de un pinganillo”, “por el móvil”).

EN RESUMEN

                Estimados ex –alumnos, espero y os deseo que seáis tan felices como he sido yo en el ejercicio de la profesión que habéis escogido, no digo que todos por vocación, pero si por devoción. Algunas personas me han preguntado si yo no me aburría de explicar siempre lo mismo. Pues no. Cada vez que he tenido que explicar el ciclo cardiaco, la curva de asociación/disociación de la hemoglobina o la visión general del metabolismo he disfrutado enormemente y no como si fuera la primera vez, pues a medida que he ido estudiando cada vez más, mayor era la satisfacción por comprender la fisiología.

Para todos vosotros, sin excepción, os tengo que decir que he disfrutado mucho durante estos 40 años

EL TRABAJO FIN DE GRADO: LA “GUINDA DE PASTEL”

Fácilmente se entiende el significado del título cuando se ha leído la entrada titulada “UN INEF DECIDIDO  A DISEÑAR UN PLAN DE ESTUDIOS DIRIGIDO A LA SALUD y RENDIMIENTO”. En efecto, es la “guinda de este plan de estudios”. La normativa que corresponde al trabajo fin de master indica que “supone la realización de forma individual, por parte del estudiante, de un trabajo original en el ámbito de las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, en el que se integren y desarrollen los contenidos recibidos y las competencias de las enseñanzas de Grado. Ya empezamos mal, porque ¿que significa original?. El diccionario de la Real Academia de la Lengua indica “que se trata de una obra científica, en este caso, que resulta de la inventiva de su autor”.

            Continúa la normativa indicando que “el estudiante contará con la supervisión de un profesor de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte‐INEF de la UPM, que realizará la función de tutor y dirigirá el trabajo”. Segundo problema real: hay que confiar en que el profesor tendrá un mínimo de responsabilidad. Se da por hecho, como sucede en otras asignaturas del INEF, pero con la diferencia que, en este caso, debe de ser juzgado el trabajo por un tribunal que, en realidad esta como un mero “figurante” que se limita a aplaudir al alumno y de paso al tutor

Después la normativa indica el objetivo de tan “magna asignatura”: “deberá capacitar al estudiante para la búsqueda, gestión, organización e interpretación de datos, de manera que le permita emitir juicios que incluyan una reflexión sobre temas relevantes de índole social, científica, tecnológica o ética, y que facilite el desarrollo de un pensamiento y juicio crítico, lógico y creativo”. Grandilocuencia.

Finalmente, la normativa indica el método para desarrollar esta asignatura: “los alumnos deberán realizar y aprobar 6 seminarios presenciales de carácter obligatorio y de dos horas de duración cada uno de ellos. Dichos seminarios abordarán las siguientes temáticas: – Tipos de TFG, estructura y contenido de cada una de sus secciones (I) – Tipos de TFG, estructura y contenido de cada una de sus secciones (II) – Citas y referencias bibliográficas. – Búsquedas bibliográficas. – Redacción, formato y normas de estilo en el TFG. – Habilidades comunicativas y presentaciones. La realidad, desconozco estos seminarios, pero por el título parecen buenos

Yo decidí desde el primer momento no ser tutor de ningún trabajo fin de grado por lo siguiente. Con la idea que tengo de la enseñanza era una tarea inabordable. Primero, exigiría semana a semana examinar al alumno. Nada de que buscara un montón de “papers”. Tendría que examinarse de los fundamentos del paper. Por ejemplo, imaginemos que un alumno quisiera hacer un trabajo sobre altitud y ejercicio. Le iba sal ir por las orejas la curva de asociación/disociación de la hemoglobina, la regulación de la respiración y el eritropoyesis. Cuando en alguna ocasión me propuso un alumno que dirigiera el trabajo y le planteé como lo debía hacer, inmediatamente me dijo que se buscaría otro tutor

Sin embargo, de lo que no me he podido escapar es de estar en los tribunales. El resultado ha sido desalentador: vaya manera de hacer el tonto. He hecho un estudio elemental de todos los trabajos fin de grado realizados en el departamento de salud y rendimiento, pues es al que pertenezco. De forma general he clasificado los trabajos según las dos palabras conceptuales de nuestro departamento: salud y rendimiento. Por supuesto, clasificación discutible, pues en algunos casos, pocos, no es claro dónde ubicar al trabajo sólo por el título.

  • Salud: trabajos relacionados con los efectos del ejercicio en personas sanas o enfermas con alguna patología de: sistema cardiovascular, aparato respiratorio, riñón neurología, aparato locomotor, endocrino. Respecto a ejercicio y patología, han sido diabetes, ciclo ovárico, insuficiencia renal, cáncer y paradójicamente, muy pocos con el infarto, ictus y enfermedades del aparato respiratorio. He incluido en este apartado todos los trabajos relacionados con la discapacidad. Igualmente he incluido los trabajos relacionados con la nutrición con una clara inclinación a la salud
  • Rendimiento: trabajos realizados sobre el aparato locomotor, bien en la prevención o en la rehabilitación/readaptación de determinados deportes, trabajos que estudian las cualidades físicas, principalmente, la fuerza. Hay algunos trabajos, los menos, que abordan la nutrición desde una perspectiva de rendimiento. Respecto a rehabilitación/readaptación los trabajos más numerosos son de fútbol y columna vertebral. Excepcionales los relacionados con el metabolismo y endocrino

En total hay 106 trabajos de fin de grado relacionados con el rendimiento y 170 cuyo objetivo ha sido la salud, de un total de 276. Es decir, el 61,5  % eran trabajos relacionados con la salud y el 38,5 % con el rendimiento, en función de lo señalado anteriormente. Por tanto, llama la atención el mayor interés de los alumnos por temas de salud y, concretamente me ha sorprendido que 5 trabajos se hayan dedicado a cuestiones relacionadas con el riñón. La sorpresa ha sido porque, la única vez que a los alumnos les han explicado algo de fisiología renal ha sido en la asignatura que imparto. No es sorprendente que haya un número considerable de trabajos sobre aparato locomotor, concretamente sobre columna vertebral, dado que un profesor, Javier Jimenez, se haya ocupado durante toda su vida a esta parte del aparato locomtor.

Pero sin entrar en los temas concretos, he de señalar que en el 90 % en los que he asistido como miembro del tribunal calificador lo que han presentado ha sido más bien lamentable en cuanto a la “chicha” del trabajo fin de grado. Porque me parece absurdo, y así lo he puesto de manifiesto. La actuación del tribunal se reduce a indicar sólo cuestiones formales, como prueba las consideraciones a tener en cuenta por los miembros del tribunal que establece la normativa:

  • Claridad y precisión del soporte para la presentación (Power Point o similar)
  • Demostración de dominio en el uso del lenguaje disciplinar de la temática.
  • Habilidad y dominio del lenguaje verbal (uso de muletillas, lapsus, reiteraciones innecesarias, etc.).
  • Lenguaje no verbal (comunicación gestual, dominio del espacio durante la exposición, etc
  • Distribución del tiempo de la exposición.
  • Resolución, concreción y exactitud de las respuestas a las preguntas formuladas por el tribunal.

El último punto, sobre el que los miembros del tribunal podrían hacer valer su decisión en la calificación queda minimizado desde el momento en que la participación del tribunal es del elevado porcentaje de un 25 % de la calificación final, lo que implica que el tutor tiene el 75 %. En la mayor parte de los casos en los que he asistido, la calificación ya viene “inflada”, como mínimo de un 7. Así, aunque a los miembros del tribunal le parezca horrible el trabajo es materialmente imposible suspender el trabajo del alumno, con tal que haya hecho una defensa aceptable, lo que casi siempre es habitual.

En resumen, como es posible que una asignatura con el doble de créditos (¡12 créditos¡) de cualquier otra asignatura de la carrera esté en manos de la buena voluntad y ética del tutor que controla la ¿idea original?, su planteamiento y desarrollo. En definitiva, la “guinda del pastel” de un muy mal plan de estudios de grado, porque si malo es el plan, el trabajo fin de grado lo realza. ¿Qué hay  excepciones? Naturalmente, y se nota considerablemente, porque el tutor suele calificar con rigor y no condiciona tanto la calificación final. Así, cuando me “ordenan” estar en un tribunal, se cuál es mi posición y, además, le suelo decir al alumno lo que me parece su trabajo, pero que me veo obligado sólo a calificar cuestiones de orden formal. Otro asco más