El cambio climático antropogénico. ¿CÓMO SE HA ENGAÑADO A TODA LA SOCIEDAD OCCIDENTAL?

El título de la entrada hace mención a dos hechos admitidos.

  1. Que se está produciendo un cambio climático a gran velocidad y que esta provocado en un 100 % por la actividad del ser humano, cuando, en realidad, los cambios del clima han existido desde hace miles de años desde el nacimiento de cristo, por no remontarse más atrás
  2. Que toda una sociedad occidental admite el hecho del cambio climático antropogénico “inminente”, ante lo cual adopta medidas absurdas como el cambio de toda una tecnología del automóvil. Naturalmente, el calificativo de engañado es muy relativo, pues en realidad, la industria del automóvil se ha querido engañar deliberadamente.

Después de leer, para mí un buen libro titulado “Premoniciones. Cuando el cambio climático lo justifica todo”, me confirmo en el título de la entrada. El libro, desde luego, no está escrito por unos iletrados, todo lo contrario. Me llamó la atención, como amante de la ciencia, la frase que ilustra el contenido del libro: “La ciencia no se hace por consenso: no por ser más se tiene más razón”. Apuntan ejemplos, muchos conocidos, de cómo a lo largo de la historia siempre ha habido ideas y pensamientos de unos pocos que ponían en tela de juicio una determinada teoría totalmente aceptada, no solo por la Sociedad, sino por los propios científicos y cómo, transcurridos unos cuantos años, se ha demostrado que esos pocos llevaban toda la razón. Ahora estamos en un momento en que es realmente imposible convencer a la sociedad de que el cambio climático, si es que se está realmente produciendo, no es el mal y que estamos abocados poco menos a la extinción sino ponemos remedio

 LOS CAMBIOS CLIMÁTICOS

El apartado figura en plural, porque, en efecto, los autores repasan en un excelente capítulo (“El clima en la historia”), siempre han existido cambios en el clima. Este se entiende como los términos en los que nos fríen día tras día en los telediarios (da igual cual, son toda la misma peste) en el apartado del tiempo, es decir, las variaciones de los parámetros principales de la atmósfera: presión, humedad relativa, viento y temperatura. La diferencia estriba en el factor temporal, es decir, en qué periodo de tiempo se miden los mencionados parámetros. Fácilmente, se comprende que cuando la duración de las determinaciones de los parámetros es menor a 100 años, la probabilidad de cometer errores es considerable. Veamos algunos hitos históricos referentes a la medición de las variables atmosféricas:

  1. Daniel Gabriel Fahrenheit inventa el termómetro de mercurio y su escala de temperatura (1714)
  2. Las curvas de presión atmosférica no tienen una fecha fija, sino que fue resultado del estudio de diversos científicos: Siglo XVII: Evangelista Torricelli, Siglo XVIII (Edmond Halley) siglo XIX (Heinrich Wilhelm Brandes (1806) y Alexander von Humboldt (1817)
  3. La humedad relativa, de la misma manera que para la presión atmosférica, este parámetro es el resultado de la aportación de diversos científicos como Leonardo da Vinci, François Richot y Johann Daniel Colladon.

De lo señalado es fácil comprender la dificultad de conocer con cierto rigor los cambios de los parámetros de la atmósfera a lo largo de la historia de la tierra. No obstante, aunque soy un neófito en geología, es sabido como esta rama de la ciencia ha podido determinar los cambios producidos en el clima en más de 4000 millones de años con una considerable precisión, a pesar de las limitaciones, que aumenta cuanto más reciente es el periodo. Sin remontarse a periodos de la tierra muy antiguos y considerando la era cristiana, ha habido muchos cambios climáticos, muy bien resumidos en el apartado del libro referido titulado “El clima terrestre. Millones de años de evolución”. Un ignorante supino como soy yo, tiene que hacer referencia inevitable a los expertos en el tema. En este apartado los autores resumen en una frase monumental lo que ha sucedido a lo largo de la historia de la tierra; “….la ciencia nos demuestra que, a escala temporal  geológica, miles o millones de años el clima cambia y mucho”.

El lector pensará, vale me fio, pero algo más reciente hay sobre los cambios del clima. El capítulo titulado “El clima en la historia” es un excelente resumen de las variaciones experimentadas desde la época romana hasta la edad moderna. Me ha llamado la atención, obviamente por ignorancia, la Pequeña edad de hielo a partir del siglo XVII, cuando se registraron los fenómenos más extremos del clima y cuyo final no se conoce con exactitud, si bien se corresponden con la baja actividad solar (mínimo de Mauder). Pasada esta época de frio, la “histeria colectiva” en las estimaciones sobre el cambio del clima son de una estupidez solemne. Como ejemplo de estas estimaciones, los autores resaltan, en este capítulo, la estimación absurda sobre la evolución de la población humana realizada por Thomas  Malthus en 1748, que conduciría al colapso de la civilización, ¡total nada!.

No contentos con el análisis de la historia del clima, los autores hacen un resumen muy bueno de “La historia reciente del clima”.  Se acepta que la temperatura media durante el siglo pasado ha aumentado de 0,6 a 0,8 ºC (figura 1), es decir, una variación imperceptible para los mecanismos de control de la termorregulación en el ser humano y que, sin embargo, la mayoría acepta como el peligro inminente, que se traduce en todo un panel de expertos (Panel Internacional de Expertos sobre el Cambio Climático = IPCC). El IPCC ha arrimado el “ascua a su sardina” y ha pronosticado una época de frio por un nuevo ciclo solar. Realmente, son como los adivinos, pero a una escala temporal muy pequeña respecto a otras de una duración considerablemente mayor (Pequeña edad de hielo).

 El aumento a partir de 1970 no implica que se este produciendo un cambio en el clima de la tierra, pues a lo largo de la historia ha habido variaciones de la temperatura similares, pero que no se tiene constancia numérica de un incremento similar. Esto sólo demuestra, a la hora de comparar diferentes periodos de tiempo, la dificultad que es aportar datos numéricos precisos de una variable de la atmósfera tan compleja de medir.

En el apartado titulado “Las causas de los cambios climáticos”, acertadamente, los autores señalan: “………tampoco conocemos el origen de fenómenos más breves y recientes con la Pequeña Edad de Hielo o de la alternancia entre periodos de lluvia y sequía”. Esta frase inicial, como preámbulo del desarrollo de las causas de los cambios climáticos y no del cambio climático en singular (que no nos pretendan engañar), es tan contundente que deja cualquier argumento dado por los defensores del cambio climático, como unos auténticos estafadores del pensamiento medianamente crítico. Pero, como apuntan los autores en el siguiente capítulo (Sobre el método científico), el reduccionismo al que conduce los argumentos simples y, en muchos casos absolutamente falsos, se combate con el rigor científico. Después de analizar los grandes éxitos y errores científicos, la frase final del capítulo es “brutal”: “La ciencia tiene esos dos componentes; aceptación conformista de muchos y rebeldía intrínseca de pocos”. Pero estamos en un momento en que a la Sociedad y la mayor parte de los científicos les importe un bledo lo que dicen unos pocos y se apunten a la moda de los medios de comunicación totalmente manipulados. De nada sirve el comunicado de excelentes científicos de prestigio (Los Premios Nobel John F. Clauser e Ivan Giaver encabezan el informe en contra de la emergencia climática) que han indicado la precaución que es necesario tomar con la sensación de que nos vamos a no se sabe dónde, sino ponemos remedio.

EJEMPLOS RECIENTES DE ERRORES DE PREDICCIÓN

            Los autores enumeran y demuestran todos los errores recientes que casi ha proyectado un sentimiento de “angustia controlada” en la sociedad. Los errores que analizan son:

  1. Los peligros de la superpoblación enunciado por el ¿investigador? Paul R. Ehrlich, al cual le importó muy poco que sus predicciones fueran a todas luces falsas cuando había vendido más de 2 millones de libros e imagino que se hizo de oro con las ventas y las conferencias que impartió
  2. El petróleo se va a acabar promovido por los diferentes países interesados en crear esa angustia, de manera que las políticas de Occidente se dirigieron hacia las fuentes de energía verde que, naturalmente, incluía a la energía nuclear. En mi humilde opinión ahí radica el problema
  3. El físico Gordon Dobson propuso que la capa de la estratosfera se comenzaba a romper (el famoso agujero de ozono). Naturalmente, no puedo dudar, porque carezco de argumentos medianamente serios, de lo que indicó este físico, pero la utilización fue malintencionada pues se achacó al factor humano. Así, a la crisis del petróleo se añadió el agujero de ozono, pero este de menor calado en la sociedad, porque, además, parece que el agujero se ha tapado
  4. El caos informático que iba a desencadenar el paso de los números 1 y 9 al 2 y 0 (efecto 2000)

La realidad es que todos los errores señalados importan bien poco a los medios de comunicación e incluso a muchos científicos que no quieren ser críticos con los posibles errores en la utilización del método científico, desde el método de determinación de la temperatura, al tratamiento matemático de los datos obtenidos y lo que a mí me parece más relevante: el periodo de tiempo (30 años) que se estima adecuado para establecer conclusiones y que rango de ese periodo se elige (1970-2000, 1980-2010, 1990-2020). Todos estos aspectos del método científico son abordados en el capítulo titulado “Datos, estadísticas y percepciones personales”. Como señalan los autores muy acertadamente, cada hora de cada día durante los 365 días del año, nos brean a mensajes sobre lo “nunca visto”: un calor horroroso en verano, un otoño que incluso se le denomina algunas veces “veroño, un invierno que a voluntad dicen que es muy frio o muy templado y una primavera sujeta al albur de lo que interese señalar como estación previa al verano. ¡Un auténtico horror!

LA INDUSTRIA AUTOMOVILISTICA

De todos los “horrores” que nos acucia el dichoso “cambio climático”, el que me ha llamado la atención, primero porque me gustan los coches y segundo porque la repercusión es considerable para cada ciudadano y a sociedad en general, es el cambio que se ha producido en la estrategia de fabricación de los “coches verdes”. Se que, al lado de otros problemas, el de la industria del automóvil es, quizás, pequeño. En el capítulo titulado “¿Todos los problemas del mundo se deben al cambio climático?, los autores analizan:

  1. El aumento de las grandes catástrofes naturales
  2. La desertización
  3. Los incendios forestales
  4. Los cambios en la fauna.
  5. Los movimientos migratorios humanos
  6. Las especies invasoras
  7. Agotamiento de las reservas naturales
  8. Acumulación de basuras y plásticos
  9. Contaminación de aguas dulces y el mar

De todos los problemas mencionados, lo que me ha llamado la atención de este capítulo y del siguiente son: 1º) la imagen del pobre oso “montado” sobre una masa de hielo (figura 2) expuesto a la muerte segura y que conduciría a la extinción del oso polar y 2º) la “acertada” premonición de la ONG “Greenpeace” sobre la inundación del mar menor de Murcia. El oso polar no sólo no ha disminuido el número de especies, sino que ha aumentado.

La ONG Greenpeace actuó de forma interesada, pues anunció que el nivel del mar ¡aumentaría 10 metros!, basándose en un informe del IPCC que sostenía que ¡el aumento sería de 60 cm!. Es decir, mintió deliberadamente

Pero vayamos a lo que me interesa y que marca en alguna medida el título de esta entrada al blog: ¿CÓMO SE HA ENGAÑADO A TODA LA SOCIEDAD OCCIDENTAL? Concretamente, toda la industria del automóvil ha “girado” a la producción del “coche verde”. La lucha por reconvertir toda la industria del automóvil justificando el horroroso cambio climático que se nos avecina es una auténtica vergüenza. Naturalmente, una industria tan potente como la del automóvil, NO HA SIDO ENGAÑADA, muy al contrario, han visto la oportunidad de aumentar sus riquezas importándoles, en realidad, un pimiento el cambio climático.

En la localidad dónde vivo ha aumentado ostensiblemente el número de coches Tesla. Teniendo en cuanta el precio aproximado de modelo más popular (entre 42.990 a 64,990 euros; https://www.tesla.com/es_es/model3) y el número estimado de coches vendidos en la Comunidad de Madrid (1.529 en el 2003; Observatorio de Movilidad Eléctrica de Zunder), es ¡indudable el beneficio que constituye Tesla al control del cambio climático! La realidad es que a Elon Musk y a cualquiera que tiene el poder adquisitivo de comprar un Tesla, le importa un comino el cambio climático por más que se exponga como argumento en la compra de un coche verde.

En el capítulo titulado El capitalismo se tiñe de verde, los autores indican: “Esta lucha frenética por hacerse un sitio en la batalla contra el cambio climático se traduce en un enriquecimientos y empobrecimientos obscenos”. Cualquier persona con mentalidad liberal de la economía y de la sociedad no puede encontrar que Elon Musk se haya enriquecido de forma obscena, simplemente ha aprovechado la falsedad de las instituciones sobre el cambio climático. Se le critica a este ciudadano y, sin embargo, a los directivos de Toyota no. Toyota lanzó su primer coche híbrido de producción en serie, el Prius, en octubre de 1997 en Japón y, por ejemplo, en el 2021, se matricularon 444 unidades de en la Comunidad de Madrid. Un toyota prius valía (se ha dejado de hacer) entre 38.000 y 43.000 euros. Elon Musk invirtió 20 mil millones de dólares entre 2004 y 2016 en la adquisición de Tesla a los ingenieros que idearon el coche, Martin Eberhard, Marc Tarpenning y JB Straubel  y se estima que en la actualidad tiene un valor de 650.500 millones de dólares, estando entre las 10 empresas con mayor valor del mundo. Similar enriquecimiento ha conseguido Toyota.

Tomando como referencia el costo medio de producción de un Tesla3 de 32.000 euros, esto implica un margen de beneficio de casi 15. 000 euros. El costo de producción de un Toyota Prius estimado es de 18.000 a 25.000 a euros, de manera que el beneficio es de unos 13.000 euros considerando el coste de producción más alto (25.000 euros) y el precio más bajo (38.000) cuando se vendía. En definitiva, parecidos beneficios de Tesla y Toyota, pero vituperado Elon Musk. Resultado final, la histeria colectiva en todas las fábricas de automóviles se ha implantado para ver si llegamos al 2030 con la electrificación total del parque automovilístico y como mal menor al 2050 todos “electrocutados”.

RESUMEN

            Es totalmente absurdo hablar en singular respecto a las variaciones que ha experimentado el clima en unas décadas. Mas aún, no me parece procedente achacarlo al ser humano, ya que cuando éste no emitía gases, también se produjeron variaciones climáticas. Así, como mínimo, y así lo sugiere el método científico, la sociedad debería tener un espíritu crítico y admitir otras opiniones igualmente válidas y no “condenar”, emitiendo calificativos muy peyorativos (negacionistas), a todo aquel que discrepe, siempre con fundamento y no con percepciones subjetivas. Que sean los científicos los que expliquen de forma asequible los cambios climáticos, como se hace en el libro citado.

           

La ONG Greenpeace actuó de forma interesada, pues anunció que el nivel del mar ¡aumentaría 10 metros!, basándose en un informe del IPCC que sostenía que ¡el aumento sería de 60 cm!. Es decir, mintió deliberadamente

Pero vayamos a lo que me interesa y que marca en alguna medida el título de esta entrada al blog: ¿CÓMO SE HA ENGAÑADO A TODA LA SOCIEDAD OCCIDENTAL? Concretamente, toda la industria del automóvil ha “girado” a la producción del “coche verde”. La lucha por reconvertir toda la industria del automóvil justificando el horroroso cambio climático que se nos avecina es una auténtica vergüenza. Naturalmente, una industria tan potente como la del automóvil, NO HA SIDO ENGAÑADA, muy al contrario, han visto la oportunidad de aumentar sus riquezas importándoles, en realidad, un pimiento el cambio climático.

En la localidad dónde vivo ha aumentado ostensiblemente el número de coches Tesla. Teniendo en cuanta el precio aproximado de modelo más popular (entre 42.990 a 64,990 euros; https://www.tesla.com/es_es/model3) y el número estimado de coches vendidos en la Comunidad de Madrid (1.529 en el 2003; Observatorio de Movilidad Eléctrica de Zunder), es ¡indudable el beneficio que constituye Tesla al control del cambio climático! La realidad es que a Elon Musk y a cualquiera que tiene el poder adquisitivo de comprar un Tesla, le importa un comino el cambio climático por más que se exponga como argumento en la compra de un coche verde.

En el capítulo titulado El capitalismo se tiñe de verde, los autores indican: “Esta lucha frenética por hacerse un sitio en la batalla contra el cambio climático se traduce en un enriquecimientos y empobrecimientos obscenos”. Cualquier persona con mentalidad liberal de la economía y de la sociedad no puede encontrar que Elon Musk se haya enriquecido de forma obscena, simplemente ha aprovechado la falsedad de las instituciones sobre el cambio climático. Se le critica a este ciudadano y, sin embargo, a los directivos de Toyota no. Toyota lanzó su primer coche híbrido de producción en serie, el Prius, en octubre de 1997 en Japón y, por ejemplo, en el 2021, se matricularon 444 unidades de en la Comunidad de Madrid. Un toyota prius valía (se ha dejado de hacer) entre 38.000 y 43.000 euros. Elon Musk invirtió 20 mil millones de dólares entre 2004 y 2016 en la adquisición de Tesla a los ingenieros que idearon el coche, Martin Eberhard, Marc Tarpenning y JB Straubel  y se estima que en la actualidad tiene un valor de 650.500 millones de dólares, estando entre las 10 empresas con mayor valor del mundo. Similar enriquecimiento ha conseguido Toyota.

Tomando como referencia el costo medio de producción de un Tesla3 de 32.000 euros, esto implica un margen de beneficio de casi 15. 000 euros. El costo de producción de un Toyota Prius estimado es de 18.000 a 25.000 a euros, de manera que el beneficio es de unos 13.000 euros considerando el coste de producción más alto (25.000 euros) y el precio más bajo (38.000) cuando se vendía. En definitiva, parecidos beneficios de Tesla y Toyota, pero vituperado Elon Musk. Resultado final, la histeria colectiva en todas las fábricas de automóviles se ha implantado para ver si llegamos al 2030 con la electrificación total del parque automovilístico y como mal menor al 2050 todos “electrocutados”.

RESUMEN

            Es totalmente absurdo hablar en singular respecto a las variaciones que ha experimentado el clima en unas décadas. Mas aún, no me parece procedente achacarlo al ser humano, ya que cuando éste no emitía gases, también se produjeron variaciones climáticas. Así, como mínimo, y así lo sugiere el método científico, la sociedad debería tener un espíritu crítico y admitir otras opiniones igualmente válidas y no “condenar”, emitiendo calificativos muy peyorativos (negacionistas), a todo aquel que discrepe, siempre con fundamento y no con percepciones subjetivas. Que sean los científicos los que expliquen de forma asequible los cambios climáticos, como se hace en el libro citado.

            Es imposible, como ha sucedido a lo largo de la historia y ahora con la abundancia de medios de comunicación, la mayor parte favorables a la desgracia climática que se nos avecina, rebatir que se esta produciendo un cambio del clima como nunca y el hombre tiene la culpa. No importa, incluso, que 1.600 científicos, 2 premios Nobel incluidos, desmienten la «emergencia climática». La frase de la declaración de  Climate Intelligence es contundente: «la ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas”. El problema estriba en cómo nos condicionan. Un ejemplo, es el sector automovilístico que, no porque piense que hay sólidos argumentos científicos sobre el dichoso cambio climático, sino porque “siguen las indicaciones políticas” y, obviamente, han visto un negocio lucrativo. Para mas inri, las políticas verdes pretenden hacernos creer que van a favorecer a los más pobres, pues el precio de un coche verde es asumible por la mayor parte de la Sociedad.

 

Pero curiosamente, un problema teóricamente global sólo repercute en una parte de la población mundial: occidente y concretamente Europa. Mientras en otros países como, por ejemplo China, hacen lo que les viene en gana y abren centrales eléctricas alimentadas con carbón cuando les apetece. Pero es obvio que el CO2 que emiten es especial y desaparece. En fin, yo por mi parte, soy un negacionista que intenta razonar y por eso busco información que contrarreste de forma científica el dichoso cambio climático, de manera que el próximo coche que me compre será de gasolina, porque pienso que, si se esta produciendo puede ser como en otros periodos y tenemos un mayor grado de adaptación no ligado necesariamente a lo que nos digan los políticos de turno guiados por motivos más que dudosos.